sábado, 20 de noviembre de 2010

miércoles, 18 de agosto de 2010

Apunte callejero a la manera de Girondo.

El agua llega hasta la vereda y lame el escalón de la entrada al bar una y otra vez. Las gotas trazan caminos temblorosos en los cristales. Un tubo del cartel de neón agoniza. Los hombres borroneados espían tras las ventanas, y con los ojos inundados, envueltos en nubes de humo, fuman y esperan, miran y calculan.


Adentro tintinean las cucharas en las tazas y en los bordes de platitos.

Un dedo fino y pequeño dibuja un corazón en el vidrio. La flecha de un relámpago lo ilumina y atraviesa.

Contra el cordón de la vereda un arcoiris de aceite se extiende en el agua y acompaña en la muerte, a un barquito que lleva impresas las noticias de ayer que van deshaciéndose en la boca de tormenta de la esquina.

Tanta agua y aun siguen encendiéndose las luces de mercurio, se detuvo el tiempo en el reloj de la esquina, a las cinco menos diez, hace una hora. Y encima hace frío, sopla el viento, los árboles están desnudos y se ha roto el único paraguas que no he perdido.

lunes, 2 de agosto de 2010

"¿Y ustedes de qué se quejan?...

      ...si tienen como tres meses de vacaciones y viven de paro" -dicen las malas lenguas. En virtud a la verdad no es cierto y la mayoría no siempre tiene la razón (si no recuerden el dicho "millones de moscas no pueden equivocarse..la caca es rica")
        Sí podríamos hacer un mea culpa y reconocer que calculamos desde enero todos los feriados nacionales, escolares, recesos, emergencias sanitarias, desinfecciones, jornadas, en fin... todo espacio que nos libere (libre queda mal) del contacto con la labor áulica.
      "¡Ah! pero a ustedes les gusta, lo hacen por vocación" - retrucarán los fundamentalistas de los 180 días de clase por año. Sí, sí, no lo negamos, nos gusta enseñar, lo decimos con orgullo, amamos lo que elegimos y es justamente por ese amor incondicional que al ver despreciada, bastardeada, denigrada y vilipendiada la materia a la que hemos dedicado años de estudio, más años de perfeccionamientos , más años de planificaciones , mas años de reformas de las planificaciones que creímos que estaban mal porque no resultaban, pero en realidad estaban bien, solo que a los chicos no les importa nada... en algunos momentos dan ganas de bajar los brazos.
       Enseñar nos encanta y desearíamos poder (entiendase bien poder, no Poder); la tarea docente ya no es respetada, ni valorada. Estamos viviendo en otros tiempos, sabemos. Y la mayoría -que no todos- los docentes estamos conscientes de que no somos depositarios de "el saber", ni aspiramos a un busto en el patio de la escuela a merced de las palomas. Nos reconocemos mediadores en una "sociedad del conocimiento y la información" en la que abunda la falta de criterio y el dedo acusador se levanta rapidito rapidito.
      Al fin y al cabo , por cuatro horas de trabajo...bueno... con cuatro no llegamos a un salario que alcance; imaginemos un escenario mas realista: Levántense temprano, suponga cubrir 40 horas de trabajo semanales, divídalo por tres que es la carga horaria por curso; el resultado es la cantidad de cursos que debería tener un profesor para cubrir esas horas (depende de cada materia, puede ser más aún). Ahora multiplique ese número por 25, que, siendo generosos, es el promedio de alumnos por aula. Calcule corregir dos hojas de cada alumno por semana ¿Le dio el resultado más de una resma? Felicitaciones. Dejemos a un lado cuánto tiempo extra llevaría esto, pues no se incluye en el presupuesto. Planifique las clases, ojito.  Haga adaptaciones para los chicos con dificultades. Cuide a los suyos, sea feliz y, sobre todo, a no rogar aumento ni vacaciones.

martes, 27 de julio de 2010

"¿Qué se fizo aquel trovar?" o "Coplas a la muerte de la infancia"

     Como en pasadas vacaciones decidí llevar a mi sobrino a pasear. Uno no tiene verdadera dimensión de los cambios que pueden existir de un año a otro... Lo que otrora solía ser un niño dispuesto a obedecer, cariñoso y demostrativo, que disfrutaba de largas horas dibujando o entreteniéndose con cinta adhesiva y un par de muñecos, es ahora....¿cómo definirlo?
     Durante el viaje de 40' comenzó la cuestión. Uno busca tema de conversación, pero cualquier intento de ella terminaba con un tajante "ah! eso porque vos no jugaste al Assasins creed", seguido por un sonidito difícil de reproducir: un "je" o "he", así como sacando del pecho todo el aire (de superioridad) de un solo soplido.
     Como para evadir la explicación de en qué consistía el susodicho juego, le dije que en realidad  no me gustaban los juegos violentos. "Lo que pasa es que no los podés jugar porque hay que pensar con la mentalidad de un niño...yo te voy a mostrar" -me contestó. Luego, sin lógica alguna, fue hilvanando la explicación de distintos juegos de "la play" y los motivos por los cuales yo no iba a poder jugarlos sin su experto asesoramiento. Y algunos, ni así.
     "Entonces te recomiendo que Silent Hill, niiiii looo miiiires. (je! o he! largando el aire) Yo, porque estoy acostumbrado a ver sangre...y mi amigo también"
     Hasta aquí el telón de fondo, el principio del fin.
     Luego de sobrevivir a la cátedra de Play Station y de ver la película Toy Story que disfrutamos más los que realmente jugamos y no la generación del Argenmu, decidimos ir a comer unas pizzas a la casa de mis cuñados que tienen un hijo, mi otro sobrino,  tan solo diez meses más chico que del que hemos estado hablando.
     ¡Para qué! pues se había dado cita a las 24hs en la red para un duelo con su amigo. Yo le expliqué que desechara  esa idea porque la madre no lo iba a dejar jugar a esa hora en la pc.
     Si esto había sido un golpe de muerte a su tierno corazoncito ¡Horror de horrores! al descubrir que en casa del primo no había play, ni computadora con la cual pudiera jugar y que en la tele no se veía lo que él quería.  
     Estuvo al borde del colapso cuando el otro niño sacó un mazo de cartas, un álbum de figuritas, y una caja con autitos. "No entiendo como pueden vivir así" - replicó y se hundió en el sillón hasta la hora de irse.

miércoles, 21 de julio de 2010

A manera de prólogo...

Qué decirles, termino de configurar este blog  y me parece que el fondo elegido es el que más se me parece, no por lo viejo,claro está, sino por mi gusto por las cosas viejas...y quien me conoce sabe de lo que hablo. Y si no se entiende, es porque no me conoce lo suficiente y no sé que hace leyendo cosas acerca de gente que no le incumbe en absoluto.(A menos que mi personalidad les resulte totalmente atrayente pese a no conocerme, ejemmm...)
Para continuar con el ambiente bostalgioso, los deleito con unas fotitos. Espero que no se les moje el teclado al piantarse el lagrimón. "Teenagers" abstenerse.